¡Descubre el submarino museo en Torrevieja!
El submarino Delfín S-61, con una longitud de 58 metros y un ancho de 6.8 metros, ha capturado la imaginación de los visitantes con su torreta que alberga el periscopio, una característica icónica de los submarinos en las películas de guerra de Hollywood.
28 Oct, 2023

El submarino Delfín S-61, el único de la Armada española convertido en un museo flotante, es una joya turística en la ciudad de Torrevieja. Este minúsculo sumergible de menos de 100 metros cuadrados, que solía albergar a una tripulación de hasta 56 personas durante misiones que podían extenderse hasta un mes, se ha convertido en un atractivo destacado para los visitantes de todas partes del mundo.

Aunque la principal atracción de Torrevieja es su clima soleado y sus playas, el submarino Delfín ha atraído a más de 500,000 personas desde su llegada al puerto de la ciudad en 2004. Este submarino, que prestó servicio militar desde 1973 hasta 2003, ofrece una mirada única a la vida de los marineros en condiciones extremadamente reducidas.

Entre las características que más sorprenden a los visitantes se encuentra la ausencia de duchas para la tripulación, a pesar de estar rodeados por agua de mar. Esto se debe a la escasez de agua potable a bordo, que debía ser conservada al máximo. El submarino cuenta con cuatro retretes, varios lavabos, estrechas estancias para dormir y áreas de trabajo para los oficiales y la marinería. Los turistas pueden incluso tocar las «camas calientes» de la tripulación, que eran compartidas en turnos de ocho horas en sacos de dormir, a excepción del comandante, quien tenía un camarote individual.

A pesar de su uso militar, el submarino no entró en combate, y los detalles de sus misiones se mantienen en generalidad. Se sabe que se dedicó a vigilancias y control de tráficos en mares y océanos lejanos, incluyendo la primera Guerra del Golfo.

Los guías del museo ofrecen información sobre la vida a bordo, donde los marineros trabajaban sin ver la luz del sol durante 28 días. Cada 24 a 36 horas, el submarino se acercaba a la superficie para renovar el aire a través de un tubo llamado «snorkel». La tripulación trabajaba en turnos de cuatro horas, seguidos de ocho horas de descanso y ocho horas de tiempo libre.

Los visitantes, procedentes de 126 países, muestran un gran interés en aspectos como la comida, que se preparaba en una cocina eléctrica, los escasos objetos personales que podían llevar en pequeñas maletas metálicas, y las diferencias en las condiciones de vida de los oficiales en comparación con la marinería.

El submarino Delfín S-61, con una longitud de 58 metros y un ancho de 6.8 metros, ha capturado la imaginación de los visitantes con su torreta que alberga el periscopio, una característica icónica de los submarinos en las películas de guerra de Hollywood. A pesar de su limitado espacio interior, el submarino ha atraído a turistas de todo el mundo, quienes pueden explorar su interior con audioguías disponibles en nueve idiomas.

Este museo flotante ofrece una experiencia única para comprender la vida de los submarinistas y la tecnología que sustenta este tipo de embarcación. Sin duda, el submarino Delfín S-61 es un atractivo imperdible para los amantes de la historia militar y la curiosidad por la vida bajo el mar.

FUENTE: La Razón

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