Un regalito de 70.000 euros del alcalde.
Ahora, así sin más, la única familia con vivienda en este espacio de calle puede acceder cómodamente hasta su puerta por ambos lados y sin tener que vérselas ni con charcos ni con barro.
13 Nov, 2022

Aunque esta historia que te voy a relatar sucedió en el año 2011 y del que ya se habló en la prensa, ha sido de nuevo catapultado a la actualidad apareciendo en la Memoria Anual 2021 de la Actividad Desarrollada por la Agencia Valenciana Antifraude y contra la Corrupción (AVAF) publicada este año.

Érase una vez, en el año 2010, una obra de reasfaltado incluida en el Plan Confianza de la Generalitat Valenciana que incluía una serie de calles en varias zonas de Torrevieja como por ejemplo las urbanizaciones de Los Balcones, Lago Jardín I y II y del Sector 3 Lago Sol, todas estas, zonas clasificadas como suelo urbano residencial.
Un dato “interesante” es que una de las personas contratadas para la redacción de este y otros proyectos y que cobró importantes cantidades por parte del ayuntamiento durante años es familiar de Eduardo Dolón. En esos momentos, el Sr. Dolón era concejal y teniente de alcalde pero gozaba de haber sido elegido futuro cabeza de lista por parte de su mentor, el corrupto ex-alcalde Hernández Mateo, hecho que ahora mismo cobrará relevancia. La gestión de los contratos entre el consistorio y el primo-hermano de Eduardo Dolón ya de por sí es bastante cuestionable, pues el informe de la AVAF habla de conflicto de intereses, uso clientelar y quiebra del principio de igualdad. En fin, sabiendo como funciona el Partido Popular todo esto no me sorprende en absoluto, pues es la forma que define la gestión del PP.

Lo que sí me sorprende, y desde luego no de forma positiva, es lo que decide hacer Eduardo Dolón en el instante en el cual es elegido primer edil de la ciudad en el 2011 y, al menos así me parece, creerse jefe y dueño de Torrevieja confundiendo lo público con lo privado y haciendo uso de lo público como si fuera suyo, constatando de nuevo la indiscutible similitud con su antecesor. Y aquí te cuento el porqué:

Antes del verano de 2011, cuando las obras de reasfaltado en cuestión ya habían sido prácticamente terminadas, tal y como el PP mostraba en cantidad de medios de comunicación con fotitos y más fotitos, de pronto el nuevo alcalde decide que un tramo de 300 metros de camino rural de tierra va a dejar de serlo. Pero no te creas que de manera arbitraria. No, no. Sin tener en cuenta para nada la calificación del suelo de la finca rústica, la empresa, sin hacer mucho “ruido” y en cuestión de días, realiza en la mismísima puerta de los padres de Eduardo Dolón una obra de asfaltado por valor de 69 899,64 Euros.

Ahora, así sin más, la única familia con vivienda en este espacio de calle puede acceder cómodamente hasta su puerta por ambos lados y sin tener que vérselas ni con charcos ni con barro.

En junio de 2011, para justificar o más bien ‘colar’ esta obra no prevista inicialmente, los técnicos redactan un informe, en el cual en el apartado 2.6 incluye como mejora del proyecto el anexo IV: Valoración de las obras adicionales que muestra en detalle el trabajo que se ha llevado a cabo en ese camino rural, tratándose de la única obra de todo el proyecto que ha precisado de mucha más maquinaria pesada pues se trataba de un asfaltado completamente nuevo, y no un reasfaltado como en el resto de Torrevieja. Según ese anexo, hablamos de exactamente 49 928,32 € de coste neto para los 300 m sin contar con el porcentaje aplicable de beneficio empresarial, gastos generales e IVA que cualquier particular que no tiene la suerte de ser familiar del alcalde tendría que haber abonado de tener una parcela en esa zona. A día de hoy, después de tantas denuncias y sentencias con las que ha tenido que lidiar el Partido Popular y algún técnico municipal, tanto los cargos electos como los funcionarios – por mucho que hayan sido elegidos a dedo – deberían saber que no son intocables y que deben ejercer sus obligaciones tal y como las leyes y las normativas determinan.

Por respeto, no daremos detalles del lugar, pero lo que sí que podemos revelar es que precisamente el propietario de la parcela número 36 de la misma finca rústica, nunca ha conseguido que el ayuntamiento le autorizara a su costa encargar el asfaltado del sendero que llega hasta la entrada de su parcela, teniendo que conformarse con un arreglo con zahorras como única opción legal para poder acceder a su vivienda sin tener que esquivar enormes socavones.

Que nos quede muy claro, a ningún propietario de alguna de las parcelas de la misma finca le permiten hacer obras de asfaltado en ese suelo rústico, pero a los padres del alcalde se las hizo gratis el ayuntamiento. ¡Menudo regalito de 70 000 Euros!

Carmen Morate

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