La propuesta consiste establecer junto con la Asociación de Feriantes de Torrevieja unas jornadas dedicadas a personas con Trastorno del espectro autista bajo condiciones específicas que eviten el impacto sensorial al que están expuestas.
El objetivo es claro: que nuestras ferias, celebraciones y fiestas sean más accesibles y que las familias con niños y niñas con TEA puedan acudir durante un día disfrutar de las atracciones con total tranquilidad.
Alicia Bernabé, secretaria de Organización de Sueña Torrevieja afirma que “en este mismo sentido, el de diseñar unas fiestas más humanizadas para todos, presentamos esta propuesta”.
Creemos en lo adecuado de incorporar en nuestros festejos determinadas actividades que ayuden a crear un perfil de convivencia, amabilidad y participación de cara a quienes decidan compartir esos momentos de celebración, iniciativas bien encaminadas en lo que se refiere a una proyección más saludable de nuestras celebraciones festivas.
En la práctica, lo que para la mayoría significa un rato de diversión, para estas familias termina suponiendo una alteración nerviosa de los menores. Lejos de arrojar la toalla, proponemos que entre las familias, el colectivo de feriantes y el equipo de gobierno se pueda llegar al acuerdo de dedicar un plazo de tiempo durante la feria a estas familias, a base de aminorar todos los factores que inciden en el malestar de las personas con TEA.
En concreto, explica Bernabé, “durante dos horas de una determinada tarde los feriantes prescinden de la música y de otros reclamos de tipo visual que afectan al trastorno sensorial”.
En otras localidades, como El Ejido, han desarrollado la misma iniciativa durante las fiestas de Navidad. También en Sevilla se ha desarrollado esta sensibilidad, y más cercano tenemos el ejemplo de Los Montesinos con una jornada durante sus fiestas patronales de El Pilar.
Ni que decir tiene que las medidas adoptadas de cara al objetivo que proponemos pueden resultar un atractivo para familias no residentes en nuestra ciudad que encuentren en este modelo de fiestas populares una oportunidad para un disfrute posible de las actividades propias de cualquier evento festivo.
En definitiva, asegura Bernabé, “abrir nuestras fiestas y festejos a la plena participación de este colectivo sería un paso más hacia unas fiestas de calidad humana como testimonio de ciudad amable, no discriminatoria, sensible y solidaria con las circunstancias de cualquier persona”.
