La comarca. 27 de julio 1903: EN TORREVIEJA.

Aunque ya hacía bastantes días que se iba notando la presencia de muchas distinguidas familias de Murcia, y Orihuela, de las que todos los años por esta época visitan estas deliciosas playas, la verdad es, que aún no estaban éstas todo lo concurridas que era de esperar dado lo avanzado de la estación.

Era natural; haga más o menos calor, la temporada de baños puede decirse que no empieza oficialmente hasta el día de Santiago, para cuya fecha se esperaba mucha gente.

Y, efectivamente, el viernes empezaron a llegar los trenes atestados de forasteros.

El paseo de Vista Alegre, las principales calles y, sobre todo, el bonito Casino de Torrevieja, vieronse aquella noche concurridísimos.

La animación era tan grande que en verdad puede decirse que cada año aumenta considerablemente el número de veraneantes en esta playa.

Y si esto podía decirse aquella noche ¿Qué no podría uno asegurar el propio día de Santiago?

Llegaron nuevos trenes y en ellos muchos forasteros; la animación llegó a su mayor apogeo.

El casino y café de España concurridísimos. Abundaba en todos los sitios la gente de Orihuela.

Por la tarde hubo un gran partido de pelota en que jugaron afamados pelotaris. Por la noche la banda de música municipal amenizó el paseo de Vista Alegre.

Imposible describir la animación y el hermoso cuadro que presentaba.

Arcos formados con bombillas y potentes focos de luz distribuidos por todo el espacioso paseo iluminaban, dándole un aspecto fantástico, de una de esas descripciones de «Las mil y una noches» con sus hadas de incomparable belleza, con vestidos vaporosos de delicados y extraños colores.

Eso sí; ¡cuánta belleza!…

La deliciosa brisa que nos traía el mar parecía venir impregnada de mil delicadas esencias.

Todo era luz, color, alegría y, mientras tanto, entre el ir y venir de la multitud, entre el ruido producido por infinidad de voces que hablan, que ríen mezcladas con el sordo murmurar de las olas allá, como muy lejos, oíanse las armonías de la música…

Parecía todo un sueño; pero un sueño tan delicioso que temía uno despertar…

Esta, como, todas las cosas, tuvo su fin. Pero, afortunadamente, se repetirán muchas noches hasta que, con el término de la temporada, vaya la gente abandonando estos lugares.

A las diez de la noche se disparó una gran traca encomendada al afamado pirotécnico de Orihuela Sr. Lidón (el Carota), que resultó de muy buen efecto por la combinación que llevaba de cohetes y bengalas.

En fin, solo me resta decir que la temporada actual se presenta para Torrevieja y los que la visitan muy animada.

La estancia en esta villa se hace muy agradable.

Y termino prometiendo que tendrán noticias los lectores de «La Comarca» de lo mucho que aún queda que hacerse en la hermosa tierra de la sal.

FUENTE: https://www.facebook.com/ajomalbacosta

Queremos dar las gracias a Antonio José Mazón por su aportación y buen trabajo a recopilar y dar a conocer los recuerdos de Torrevieja.