El día que los tres magníficos Francisco Camps, Rafael Blasco y Pedro Hernández Mateo se reunieron para la fotito de inauguración del deseado Hospital de Torrevieja (justo hoy, 21 de noviembre, hace 16 años) se dieron golpes de pecho ya que por un lado habían conseguido poner en marcha un centro hospitalario muy necesario en esta zona y por otro, porque una empresa privada recién creada iba a gestionar mucho, pero que mucho dinero público (1 688 000 000 € en 15 años sin contar gastos extraordinarios). Esto era un logro muy grande para el Partido Popular a nivel autonómico, local y también privado, claro, porque ahora la gestión del dinero público se difuminaba en las tinieblas administrativas de Ribera Salud que al mismo tiempo servía para dar “puestesicos” a dedo.
De hecho, el PP pretendía invertir 1100 millones de euros para construir hospitales y centros de salud en la Comunidad Valenciana, PERO definitivamente se ahorraron el millón y pico de euros que habría costado desdoblar el trozo de carretera CV-95.
Curiosamente, el proyecto redactado en el año 2003 y aprobado dentro de un Plan Especial en 2004 se titulaba así: PLAN ESPECIAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL HOSPITAL DE TORREVIEJA ¡Y! DESDOBLAMIENTO DE LA CARRETERA CV-95.
Pero el hospital se aperturó y entró en funcionamiento sin que las obras de carácter complementario y simultáneas se iniciaran. De hecho, hoy, 16 años más tarde, sigue igual. No cuenta con dos carriles en cada dirección para garantizar el paso fluido a los miles de vehículos ni a las numerosas ambulancias que transitan día y noche por allí, no tiene carril bici para aquellos que prefieren un uso ecológico y saludable y ni siquiera tiene acera para que los peatones puedan desplazarse andando desde la urbanización La Veleta a los Balcones, ya sean usuarios del hospital o no.
Vendieron este hospital como el más avanzado y moderno de Europa en su día, pero su conexión vial en vez de avanzada y moderna es peligrosa y mediocre.
Lamentablemente existen en Torrevieja muchas calles que no disponen de aceras ni pasos peatonales para que las personas caminen con seguridad, pero en este caso concreto fue la permisividad e inactividad de las autoridades municipales y autonómicas que con la paralización del desarrollo y la ejecución de esta actuación urbanística han dejado a Torrevieja sin una comunicación vial eficiente y como consecuencia de la altísima densidad de tráfico se repiten las retenciones de vehículos, los accidentes y las infinitas situaciones de riesgo sobre todo por la necesidad de las ambulancias de transitar por ese mismo tramo que debería haber sido desdoblado claramente antes de que terminaran las obras del hospital de Torrevieja y así lo indican todos los informes municipales y autonómicos. No cabe duda de que tendrían que haber sido los funcionarios y políticos de turno, entre ellos también el actual alcalde Eduardo Dolón, los que deberían haber apostado por la realización de ese desdoblamiento y que desde Los Verdes siempre hemos reclamado y seguiremos reclamando.
Según consta en el expediente del plan especial que, entre otras cosas, indica que “debido a la construcción del hospital, la carretera objeto de proyecto experimentará un aumento de tráfico, que actualmente ya es elevado” y “es objeto del presente proyecto de construcción definir las actuaciones necesarias para elegir el trazado geométrico más conveniente del desdoblamiento y las glorietas que pueda sostener el aumento de tráfico al acceder al Hospital de Torrevieja”, también revela que el tramo que había que desdoblar desde la rotonda de acceso al hospital hasta la rotonda de acceso a la N332 y la desalinizadora es de 723 metros lineales y su coste de 1 131 426,99 euros, lo que equivale al gasto que el Ayuntamiento de Torrevieja despilfarra en luces navideñas y fuegos artificiales en tan solo dos años con lo cual creemos que ya está siendo hora de que el Partido Popular se ponga en marcha con este proyecto tardío que disponiendo de un presupuesto anual de más de 100 millones de euros es solo cuestión de voluntad política querer arreglar los errores del pasado.
Carmen Morate